lunes, 7 de junio de 2010

Triste...

Me hubiese gustado ser más realista, pero no sé que me pasó, no sé por qué perdí el poco control que tenía sobre mi cuerpo y mi mente.
Nunca me creí lo suficientemente buena, supongo que al final tenía razón con respecto a eso.
Solo quiero que me contestes a una única pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué borrarme de tu vida de la noche al a mañana? ¿Por qué actuar con frialdad? ¿Por qué me volves a hablar de nuevo fingiendo que nada pasó entre nosotros?

¿Solo fuí un juguete?

Me arrepiento de todo corazón haber rezado por enamorarme. Haberme ilusionado. Haberme dejado ilusionar. Dejar que me manejes como a una marioneta sucia.

Sin embargo te sigo queriendo, mientras más cosas averigüo más siento que te amo. Que me gustás. Que cada una de tus acciones se encuentran justificadas y que todo lo que sufriste lo estás canalizando en mi persona... Y yo me dejo usar, me presto a eso solo para hacerte sentir mejor.

Ya no sé que hacer, no sé que pensar. No sé si dejar ese último fragmento de orgullo que me queda con tal de regalarme una efímera y falsa ilusión de amor.

¿"Amor" es algo recíproco, no? Pero nomás soy yo la que lo siente. Nunca supe qué sentías por mí. Nunca supe por qué yo...

Me dejaste transtornada. Paranoica. Loca. Estúpida.
Ya nada me llama la atención. NADA.

Siento que vivir se volvió una obligación.

Y divago despierta, sueño con el día en el que me hables de nuevo, que me pidas perdón de corazón, que me digas un "te quiero". Eso que nunca salió de tus labios.

Estoy triste. Muy triste...

No hay comentarios:

Publicar un comentario